La consigna fue clara: sin un tren moderno no pude haber desarrollo para esta tierra. Extremadura conmemora su día con la mirada puesta en el ferrocarril tras «la vergüenza» vivida este verano, con un incidente cada tres días de media en unas vías que en algunos tramos datan del siglo XIX y aún conservan las traviesas de madera. Ayer fueron los alcaldes quienes dieron el golpe encima de la mesa para decir basta ya, devolviendo así al municipalismo un protagonismo perdido en los actos del Día de Extremadura. Más de 200 regidores de todos los colores políticos se sumaron en la Asamblea al Pacto por el Ferrocarril para contribuir desde la esfera local a esta justa reivindicación, en un acto presidido por el líder del Ejecutivo regional, Guillermo Fernández Vara, y el presidente de la Federación de Municipios y Provincias de Extremadura (Fempex), Francisco Buenavista.

El compromiso de los alcaldes es un nuevo paso en el camino que se inició en marzo de 2016 con la firma del pacto por parte de los sindicatos UGT y CCOO y la Confederación Regional Empresarial Extremeña (Creex), y que posteriormente se abrió a los grupos parlamentarios con representación en la Asamblea. El documento recoge el diagnostico de situación, así como el conjunto de reivindicaciones con horizonte al 2019 y las demandas de modernización del ferrocarril en Extremadura, que pasan por una conexión de alta velocidad con Madrid y convoyes del siglo XXI en distancias medias y cortas.

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