Pese al intenso sol, unas 4.500 personas hicieron cola ayer en el paseo de San Francisco para depositar su papeleta en el renferéndum convocado por la Fundación CB para exigir un tren del siglo XXI para Extremadura. Se trataba de un gesto simbólico, por eso la participación masiva tiene aún más valor si cabe y pone de manifiesto que la indignación de la ciudadanía por las actuales infraestructuras ferroviarias es generalizada. Padres con sus hijos, abuelos con sus nietos, niños, jóvenes y adultos votaron ayer en esta particular consulta con dos opciones: la del Sí a un tren digno y la del No a la desconexión territorial.
Antes de las diez de la mañana ya se habían depositado las primeras papeletas y cinco horas después aún seguían las colas. Algunos incluso votaron después de haber hecho otra cola, esta vez para degustar una de las porciones del bocadillo de prueba de cerdo de más de un kilómetro. Se habían previsto cerca de 6.000 raciones, por eso las que sobraron se entregaron a los comedores sociales, según informó la organización. En su elaboración y reparto colaboraron 140 alumnos de la Rucab.
«Ha sido un éxito. Esto era necesario, porque debemos reivindicar y decir donde corresponda que no corresponde tener el tren que tenemos», dijo Emilio Jiménez, director general de la Fundación CB, quien aseguró que esta fiesta era el «principio» de un camino para que la ciudadanía «se haga oír».
Era una convocatoria festiva, pero con una clara vocación reivindicativa. El acto, presentado por el actor Cándido Gómez, contó con la participación de escolares de sexto de Primaria del colegio Las Vaguadas, que leyeron poemas de autores extremeños acompañados por Pedro Monty al piano. Actuaron la murga Esto está ganao, la Candi 2 Band, el cómico Juan y Punto, hubo flamenco, magia y suelta de globos. Los alumnos del instituto Reino Aftasí fueron los encargados de realizar una performance en la que se criticaba la actual situación del tren en Extremadura, en clara agonía, y reclamar el AVE. Uno de ellos, Javier Mendoza, leyó un manifiesto para exigir que se atiendan las reivindicaciones de los extremeños, para que la región cuente con las mismas armas de progreso y desarrollo que otras comunidades españolas. «No somos menos que nadie, no hay excusas», dijo.