Será en los albores, a mediados o a finales del 2020. Costará aún casi tres años que el ferrocarril extremeño dé el primer paso hacia el que debe ser un futuro moderno y veloz que se resiste a llegar en la región, pero a lo largo de ese año pasarán (previsiblemente) por Extremadura los primeros trenes de altas prestaciones y la región comenzará a estar a menos de tres horas de Madrid, desde Cáceres, o de cuatro en el caso de Badajoz. Para el AVE (real) habrá que esperar bastante más, pero el Ejecutivo central asegura ahora que el trazado de alta velocidad que unirá Madrid y Lisboa es una prioridad y eso es lo que el ministro Íñigo de la Serna trasladó esta semana al jefe del Ejecutivo regional, Guillermo Fernández Vara, en un encuentro institucional por el que sobrevoló la sombra de la protesta del próximo 18 de noviembre en Madrid para reivindicar de un tren digno.

Para acortar plazos lo primero que deben comprometerse son fondos con los que impulsar los trabajos que están en marcha, sin dejar atrás la puesta en pie de las obras del trazado de Castilla La Mancha, donde el AVE Madrid- Lisboa casi no existe. Por eso, el primer termómetro en el que medir el recorrido de las palabras del ministro serán los Presupuestos Generales del Estado del 2018, que deberían recoger un incremento de al menos el 40% en las partidas destinadas al trazado entre Badajoz y Plasencia, para poder mantener con garantías las fechas previstas ahora.

«Yo creo que los plazos que ha dado el ministro son cortos, pero si dice que lo pueden hacer, habrá que ver si es así o si, como sucede siempre, nos vamos unos años más», cuenta Ángel Caballero, presidente de la Asociación Extremeña de Amigos del Ferrocarril y una de las voces que más se han alzado contra el abandono del transporte ferroviario extremeño. Para Caballero, «dudo mucho» que en el 2020 la línea esté electrificada: «lo siento en el alma, me gustaría decir lo contrario, pero no lo veo», subraya.

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